Dentro del mundo del maquillaje podemos encontrar un buen puñado de técnicas. Una de ellas, es el maquillaje contouring. En este artículo vamos a explicarte en qué consiste y cómo debe emplearse según sean las características personales de cada rostro.

¿Qué es el contouring? Una técnica de maquillaje que, sirviéndose de un juego de puntos de luz y sombra, tiene como objetivo disimular los defectos del rostro y potenciar sus virtudes.

Esta técnica, que se ha puesto de moda en los últimos años, no es nueva. En muchos lugares del mundo, de hecho, ya se utilizaba allá por los años sesenta. ¿Por qué entonces ha ganado tanta popularidad recientemente? Por la publicidad que le ha dado la celebrity Kim Kardashian.

Guiada por su maquillador de cabecera, Mario Dedivanovic, la más famosa de las Kardashian la ha convertido en algo así como su carta de presentación y ha confiado a ella y a sus resultados la imagen de su rostro. El iluminador se aplica a las áreas que deseamos destacar y el contorno se aplica a los puntos en los que deseamos disminuir el enfoque.

El arte de esta técnica y, por tanto, su dificultad, radica en mezclar, realzar y definir para conseguir el aspecto más natural posible.

Como toda técnica de maquillar, ésta solo dará sus mejores resultados cuando se mantenga una correcta rutina de cuidado facial.

Maquillaje contouring

Cómo aplicar el maquillaje contouring

Tres son, junto a la base de maquillaje, los productos cosméticos necesarios para aplicar esta técnica: colorete, iluminador y polvos bronceadores. De la sabia combinación de estos tres indispensables del maletín de un maquillador o maquilladora depende el que consigamos resaltar determinados rasgos faciales y el disimular otros.

Una vez sabido esto, llega la hora de aplicar los diferentes productos en el orden que os vamos a explicar.

Lo primero que hay que hacer es aplicar sobre el rostro la base de maquillaje. ¿Qué base debemos elegir? La mayor parte de profesionales optan por escoger una base de un tono similar el tono de nuestra piel. Otros profesionales, sin embargo, optan por una que tenga un tono un punto más oscuro.

Unos y otros, sin embargo, coinciden en que la base debe ser mate. Es decir: debe absorber la luz para facilitar la creación de sombras. Los productos brillantes, por el contrario, reflejan la luz y resaltan la zona.

Una vez escogida y aplicada la base hay que aplicar el iluminador. ¿Dónde debe aplicarse? En aquellas zonas de la cara que se quieran resaltar, habitualmente los pómulos, el hueso de la ceja y la parte central del labio superior.

Al actuar de ese modo lo que se persigue es dar una apariencia ovalada a la cara, pues, según nuestros cánones de belleza, se considera que ésa es su forma ideal.

En todo caso, siempre, antes de aplicar el iluminador, habrá que prestar atención a la forma del rostro. No todas las estructuras faciales son iguales y, por tanto, no todas necesitan el mismo tratamiento. En cierto modo, el contour implica una cierta dosis de experimentación.

A continuación vamos a explicarte cómo proceder según sea la forma de la cara.

Contour

Tipos de cara y características

Una cara tiene una forma determinada. Habitualmente, y atendiendo a su forma, distinguimos entre nueve tipos de rostros. Para saber si el que se va a maquillar pertenece a una tipología o a otra hay que colocarse ante el espejo con el cabello peinado hacia atrás.

Una vez colocadas así, se utilizará o un lápiz de ojos o un pintalabios para delinear el rostro sobre la superficie del espejo. Tras ello se deberá analizar tranquilamente el contorno y pensar en cuál de los nueve tipos de caras que vamos a citar a continuación podría englobarse la que hay que maquillar.

  • Ovalada. Las proporciones de la altura de la frente se equilibran con la barbilla. Tanto la línea del cabello como la mandíbula están delicadamente curvadas y los pómulos están definidos, pero no son demasiado prominentes.
  • Alargada. Los rostros largos tienen la frente y la barbilla largas. Debido a la longitud, los pómulos son planos y sin definición.
  • Redondeada. Las caras redondas tienen la línea de la frente, las mejillas y la barbilla combinados. Casi forman un círculo. El ancho de tu cara es casi el mismo que el largo. Las mejillas son más carnosas, por lo que hacen que la definición de los pómulos parezca plana.
  • Cuadrada. Tiene una estructura ósea fuerte. La línea de la mandíbula está en ángulo a los lados. La línea del cabello es ancha y en ángulo.
  • Oblonga o con forma de rectángulo. Estos rostros se caracterizan porque la cara es más larga que ancha. Los pómulos son largos y rectos.
  • Triangular. Son rostros con la frente más estrecha y redondeada que la línea de la mandíbula. La línea de la mandíbula puede parecer angular. Es posible que pierda los pómulos debido a que su mandíbula es más ancha.
  • Con forma de diamante. Sabrás si este es tu tipo de rostro si tu frente y barbilla son ligeramente estrechas y redondeadas. El centro del rostro es proporcionalmente más ancho que la parte superior e inferior. Tiene pómulos muy prominentes.
  • Con forma de triángulo invertido. Tiene la frente angulosa y se ve proporcionalmente más ancha que el mentón redondeado y más largo.
  • Con forma de corazón. La frente es algo angulosa y se ve proporcionalmente más ancha que el mentón redondeado y más largo. Tiene una línea de cabello de “pico de viuda”, es decir en forma de V a la altura de la frente.

Una vez hayamos encuadrado el rostro dentro de uno de estos grupos sabremos cómo aplicar el contour.

Contouring

Contour: cómo aplicarlo según la forma del rostro

Las reglas básicas para aplicar el maquillaje contouring según sea la forma de la cara son las siguientes:

  • Cara ovalada: debe contornearse la línea del cabello y debajo de la línea de la mandíbula. Se deben resaltar los pómulos. Se debe aplicar colorete o rubor debajo de los pómulos para definir las mejillas.
  • Alargada: se deben contornear las sienes, la parte superior de la línea del cabello y debajo de la barbilla. Hay que resaltar pómulos y sienes y aplicar colorete o rubor con moderación.
  • Redonda: para realzar y definir estas facciones deben contornearse las sienes y la zona de debajo de los pómulos. Tras resaltar la barbilla y el centro de la frente hay que aplicar rubor bajo los pómulos.
  • Cuadrada: para suavizar este tipo de facciones deben contornearse las esquinas de la línea del cabello y las esquinas de la mandíbula.  Tras ello hay que resaltar los pómulos, el mentón y el centro de la frente. Por último, debe aplicarse aplica rubor bajo los pómulos.
  • Oblonga o con forma de rectángulo: se deben contornear las sienes, la parte superior de la línea del cabello, los lados de la línea de la mandíbula y la zona de debajo de la barbilla. Después se debe resaltar el centro de la frente y por último aplicar rubor a los pómulos.
  • Triangular: para definir las facciones de este tipo de rostros hay que contornear la línea de la mandíbula y debajo de los pómulos, así como resaltar las sienes aplicando iluminador. Para finalizar, hay que alicar algo de colorete bajo los pómulos.
  • Con forma de diamante: en este caso hay que contornear el centro de la frente y la barbilla y resaltar las sienes y la línea de la mandíbula. Para acabar hay que aplicar un poco de rubor en los pómulos.
  • Con forma de triángulo invertido: aquí se aplicará el maquillaje contouring contorneando el centro de la frente y la barbilla. Las zonas del rostro a resaltar en este caso son las sienes y la línea de la mandíbula. Como en el caso anterior, también acabaremos poniendo colorete en las mejillas.
  • Con forma de corazón: para aplicar el contour a las caras con esta forma se contornearán las sienes y el centro de la barbilla. Tras ello, se resaltará la línea de la mandíbula y se aplicará rubor a las mejillas.

Ahora ya conoces todos los trucos para dominar la técnica del contouring. Solo te queda intentarlo. Como sabes, la práctica hace la perfección.

Técnicas de contouring