Desde su creación en 1935, Lancôme ha sido sinónimo de elegancia, innovación y calidad en el mundo de la belleza. Fundada por Armand Petitjean en respuesta a la creciente demanda de productos de belleza de alta gama, la marca ha recorrido un camino fascinante, transformándose en un icono global.
Este artículo explora la evolución de Lancôme, destacando los hitos más significativos y su impacto en la industria de la belleza a lo largo de las décadas. En él os hablaremos también de sus creaciones más icónicas y de las características de éstas.
Breve historia de Lancôme
Armand Petitjean, un visionario en el campo de la cosmética, fundó la firma en 1935 en Francia. La marca se lanzó inicialmente con cinco perfumes, pero fue su enfoque en la calidad y la elegancia lo que rápidamente capturó la atención del público. El nombre “Lancôme” proviene del castillo de Lancômes, en el Valle del Loira, que simboliza la belleza y la tradición francesa.
El primer gran éxito de Lancôme llegó con la fragancia Tropiques, que, aunque no fue la más vendida, ayudó a establecer la reputación de la marca por su singularidad y sofisticación. Con una visión clara de crear productos que realzaran la belleza de todas las mujeres, Petitjean lanzó en 1936 el primer maquillaje de la marca, marcando el inicio de un legado en el que la belleza y la ciencia se unieron.
Durante las décadas de 1950 y 1960, Lancôme comenzó a diversificarse y expandir su línea de productos. Introdujo el primer tratamiento para el rostro, Nutrix, en 1946. Este producto se convirtió en un ícono de la hidratación. Este fue un período de gran creatividad para la marca, ya que lanzó varios productos innovadores en el cuidado de la piel y el maquillaje.
La marca francesa también se destacó en el ámbito de la publicidad, utilizando modelos y celebridades para promover sus productos. Durante estos años, la marca se asoció con la famosa actriz Audrey Hepburn, quien se convirtió en un símbolo de la elegancia de Lancôme. Este enfoque en la imagen y el marketing ayudó a construir una fuerte conexión emocional con las consumidoras. Tras Hepburn, otras artistas como Juliette Binoche o Julia Roberts han puesto rostro y han promocionado distintas creaciones de la marca.
Los años 80 y 90 fueron testigos de una explosión en el interés por el maquillaje, y la firma gala no se quedó atrás. La marca lanzó una amplia gama de productos de maquillaje que se convirtieron en favoritos entre las consumidoras. Un hito importante fue el lanzamiento de Définicils, una máscara de pestañas que revolucionó la forma en que las mujeres aplicaban este producto.
En esta época, Lancôme también comenzó a enfocarse en la sostenibilidad y la responsabilidad social, adoptando prácticas más ecológicas y concienciándose sobre el impacto de la industria de la belleza en el medio ambiente. Esta evolución reflejó un cambio en la percepción del consumidor, que comenzaba a valorar no solo la calidad de los productos, sino también el compromiso de las marcas con el bienestar del planeta.
Con la llegada del nuevo milenio, la firma francesa continuó adaptándose a las nuevas tendencias y demandas del mercado. La marca se centró en la digitalización, aprovechando las redes sociales y las plataformas en línea para conectarse con un público más amplio. Lanzó campañas innovadoras y colaboraciones con influencers que redefinieron su imagen y la hicieron más accesible a las generaciones más jóvenes.
Además, Lancôme amplió su catálogo de productos, introduciendo líneas específicas para diversas necesidades y tipos de piel. La serie Advanced Génifique para el cuidado de la piel y el famoso L’Absolu Rouge para labios se convirtieron en productos icónicos de la marca, mostrando su compromiso con la innovación y la calidad.
El proceso creativo de Lancôme
En el mundo de la perfumería, pocas marcas han logrado capturar la esencia de la elegancia y la sofisticación como Lancôme. El proceso creativo de la marca francesa para la elaboración de sus fragancias es un arte meticuloso que abarca desde la selección de ingredientes hasta el diseño del envase, todo ello impregnado de una profunda visión artística.
El inicio de cada perfume Lancôme es la cuidadosa selección de ingredientes, un proceso que puede tardar meses e incluso años. La marca colabora con perfumistas de renombre que poseen un vasto conocimiento sobre las materias primas. Estos expertos viajan por el mundo en busca de los mejores ingredientes, desde esencias florales en la Provenza hasta especias en Asia. Cada nota aromática se evalúa no solo por su calidad, sino también por su capacidad de evocar emociones y recuerdos.
Por ejemplo, en la creación de “La Vie Est Belle”, uno de sus perfumes más icónicos, la marca optó por el iris, una flor que simboliza la elegancia y la pureza. El iris se cultiva en la región de Florencia, Italia, y su recolección es un proceso laborioso que requiere un cuidado extremo para preservar su esencia. Al seleccionar estos ingredientes, Lancôme no solo busca aromas agradables, sino que también se esfuerza por contar una historia y crear una conexión emocional con quien lo usa.
Una vez que se han seleccionado los ingredientes, comienza el proceso de composición. Los perfumistas de Lancôme trabajan en un entorno que fomenta la creatividad y la innovación. La mezcla de aceites esenciales y compuestos sintéticos se realiza con precisión, en un laboratorio que parece más un estudio de arte que un espacio industrial. Aquí, cada nota se combina meticulosamente para crear un acorde que sea armonioso y evocador.
El proceso de prueba y error es fundamental. A menudo, se crean múltiples versiones de una fragancia antes de llegar al resultado final. Los perfumistas experimentan con diferentes combinaciones, ajustando las proporciones hasta que logran el equilibrio perfecto. Este aspecto del proceso es un reflejo de la dedicación de marca a la artesanía y la calidad, donde cada detalle cuenta.
El diseño del envase es otra parte crucial del proceso creativo. La firma francesa entiende que la presentación de un perfume es tan importante como su aroma, ya que el envase es la primera impresión que el consumidor tiene del producto. La marca colabora con diseñadores talentosos para crear frascos que sean no solo funcionales, sino también obras de arte en sí mismos.
Un gran ejemplo de esto es el frasco de Idôle, que presenta un diseño ultra delgado y contemporáneo que simboliza la modernidad y la fuerza femenina. Cada frasco está diseñado para reflejar la esencia de la fragancia que alberga, convirtiéndose en un objeto de deseo que atrae tanto a los sentidos como a la vista.
En definitiva, detrás de cada fragancia de Lancôme hay una visión artística que va más allá de los simples aromas. Cada perfume cuenta una historia, una narrativa que se desarrolla a través de sus notas y su presentación. La marca busca inspirar a las personas a encontrar su propia belleza y a expresarla a través de la fragancia que eligen. En el siguiente apartado vamos a hablar de las que son, seguramnte, las dos fragancias más icónicas de la prestigiosa marca de perfumería francesa.
Las joyas olfativas de Lancôme: perfumes icónicos
Lancôme ha dejado una huella indeleble en la industria de la perfumería con sus creaciones olfativas. A lo largo de su historia, la marca ha lanzado una serie de perfumes que no solo capturan la esencia de la elegancia y la sofisticación, sino que también cuentan historias a través de sus aromas. De entre todas esas creaciones, en este artículo vamos a destacar especialmente dos de ellas, Trésor y La Vie Est Belle.
Lanzado en 1990, “Trésor” es un perfume que ha perdurado en el tiempo y se ha convertido en un clásico. Su creador, Sophia Grojsman, diseñó esta fragancia con la intención de evocar emociones profundas y memorables. “Trésor”, que significa “tesoro” en francés, se presenta en un frasco que evoca la belleza de un diamante, simbolizando la riqueza emocional que ofrece.
Las notas de salida de Trésor de Lancôme son un fresco y luminoso bouquet de rosas, melocotón y albaricoque, que se funden en una armonía dulce y romántica. En el corazón, la fragancia desarrolla una rica mezcla de jazmín, iris y lirio de los valles, creando una experiencia floral que es a la vez sofisticada y envolvente. Finalmente, las notas de fondo revelan una base cálida y sensual de ámbar, sándalo y vainilla, que otorgan al perfume una profundidad que perdura en la piel.
Lo que hace que “Trésor” sea verdaderamente único es su capacidad para transmitir una sensación de amor y ternura. Es un perfume que se asocia con momentos especiales y celebraciones, convirtiéndose en un verdadero símbolo de la elegancia femenina. Su longevidad y estela lo han convertido en una opción popular para ocasiones formales, pero también es lo suficientemente versátil para el uso diario. La combinación de notas florales y cálidas crea un equilibrio perfecto que resuena con mujeres de diversas edades y estilos.
Desde su lanzamiento en 2012, “La Vie Est Belle” ha capturado el corazón de muchas, convirtiéndose en uno de los perfumes más vendidos de Lancôme. Creada por los perfumistas Olivier Polge, Dominique Ropion y Anne Flipo, esta fragancia es un himno a la felicidad y la belleza de la vida. Su nombre, que significa “La vida es hermosa”, refleja la filosofía de celebrar los momentos simples y alegres.
La Vie Est Belle de Lancôme comienza con notas de salida frescas de pera y grosella negra, que aportan una luminosidad vibrante. El corazón de la fragancia se compone de flores exquisitas como el jazmín, la flor de naranjo y el iris, creando un bouquet sofisticado que evoca la alegría. La base es rica y envolvente, con notas de praliné, vainilla y pachulí, que le otorgan un carácter oriental y gourmand que es a la vez reconfortante y seductor.
Lo que distingue a esta creación de otros perfumes en el mercado es su enfoque en la individualidad. La fragancia invita a las mujeres a celebrar su propia belleza y a vivir la vida con autenticidad. Su aroma se ha convertido en un símbolo de empoderamiento, y su popularidad refleja un cambio en la forma en que las mujeres se relacionan con los perfumes: ya no es solo una cuestión de aroma, sino una declaración de identidad.
Sin duda, “Trésor” o “La Vie Est Belle” son dos grandes opciones a la hora de regalar un perfume a una mujer.